El pasado 7 de febrero tuvo lugar la quinta sesión de nuestro club de lectura de poesía. Fue nuevamente una reunión más concurrida que la anterior, de modo que seguimos sumando almas fieles a nuestra propuesta. La mesa de lectura estuvo esta vez llena hasta la bandera, y dedicamos la jornada a una segunda revisión de la ciudad como símbolo poético del infierno, solo que en esta ocasión teniendo como marco a urbes españolas: Barcelona, Madrid y Granada.
José María Fonollosa
El primero de los poetas objeto de lectura y tertulia fue uno de los escritores peor conocidos de nuestra lengua: José María Fonollosa. Los poemas que leímos estaban extractados de su obra Ciudad del hombre.
Para empezar, hay que señalar que este poemario fue contextualizado en su primera edición por el propio Fonollosa en Nueva York, de modo que los títulos de cada texto correspondían con nombres de las calles de la zona más conocida de la ciudad que nunca duerme: Manhattan. Más tarde, en posteriores ediciones, prefirió una ubicación española y terminó siendo Barcelona el marco de tan singular conjunto de poemas. De este modo, procedió a cambiar los norteamericanos epígrafes por los de calles de la ciudad condal.
Tal como se advirtió a los componentes de la tertulia, esta obra de Fonollosa debe ser leída como un discurso coral en el que cada poema representa diferentes voces correspondientes a personajes ficticios que viven en cada una de las calles de la capital catalana. Todos ellos, sin embargo, tienen ciertos rasgos en común. En este particular, las opiniones de los contertulios quedaron divididas: las de quienes se quedaron con cierta sensación de desasosiego y cierto desagrado tras leer al autor, y a quienes les agradó por completo.
En cualquiera de los casos, Fonollosa nos presenta una visión crítica de la vida en la ciudad y de la identidad moderna de los individuos en nuestras sociedades complejas. Se trata de una poesía didáctica y simbólica, mediante la cual se nos lanza un mensaje de desconfianza en el hombre y en nuestras sociedades por su falsedad, su soledad y su individualismo.
Madrid: AAVV
En lo que respecta a la ciudad de Madrid, no centramos su visión simbólica en un solo poeta sino en una breve antología de diferentes y muy variados escritores del siglo pasado y el actual. La visión infernal de la capital de España estuvo representada, ante todo, por poemas ambientados en la Guerra Civil. Así, rescatamos poemarios, antologías y poemas olvidados de algunos poetas reconocidos. Este fue el caso de poemas orillados de Gloria Fuertes, Antonio Machado, Rafael Alberti o Vicente Aleixandre, algunos de los cuales ni siquiera han sido atendidos por los editores de sus obras más señeras o completas. Como vestigio de su atenta lectura extractamos este de Gloria Fuertes:
Poema de Madrid
Yo puedo decir muchas cosas,
y algunas no.
No puedo decir: Madrid es mi tierra,
tengo que decir mi cemento,
-y lo siento-.
Asimismo, tuvimos la oportunidad de recitar poemas del Romancero General de la Guerra de España, desconocido por los asistentes. Además, hubo lugar para una segunda visión de la gran ciudad, símbolo en esta ocasión de paz y de lentitud, aunque una paz y una lentitud ambiguas y paradójicas, por cuanto que no son vistas como placenteras sino también como diabólicas. Esta visión poética de la paz y la calma infernales ha dado lugar a esa imagen popularmente extendida del Madrid veraniego como un infierno vacío, o de un Madrid lento en el que, lejos de significar una vida sosegada, simboliza más bien la anormalidad y la falta de vida de la ciudad vibrante, rápida y con dinamismo. Para ejemplificar esta segunda visión dimos cuenta de algunos poemas de Luis Alberto de Cuenca y de Mario Benedetti.
Luis García Montero
La última propuesta poética de la jornada fue la de la poesía urbana y granadina de Luis García Montero. En esta ocasión pudimos disfrutar de la disertación del contertulio mejor conocedor de la obra del granadino: José Ortiz Cárceles, quien por cierto acaba de publicar un doble volumen de poesía de incuestionable excelencia llamado Estampas / Sin ti en Badghis.
José nos relató los vaivenes de la trayectoria poética de Montero, así como su papel en la redacción de la biografía de su también poeta y amigo Ángel González. Además, opinión compartida por algunos de los asistentes fue el hecho de que la poesía de Montero se encuentra en una línea simbólica más cercana a lo que entendemos por poesía canónica o académica, siendo en este caso muy diferente a la de Fonollosa, cuya línea es mucho más prosaica, llana y conversacional.
Quizá Fonollosa es un poeta más fácil para aquellos lectores a quienes se les hace difícil la poesía. Esta fue la última reflexión del club, que se pronunciaba a la vez que las luces intermitentes nos anunciaban una vez más, pasada ampliamente la hora y media de reunión, que la sesión de amantes de la poesía había pasado volando, en una ocasión más.
La siguiente sesión del club tendrá lugar el jueves 7 de marzo de 2019, estará dedicada a la poesía de línea clara en su versión humorística. Los poetas objeto de lectura serán Manuel Vilas, David González, Roger Wolfe y Carlos Blasco.