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1. La vida moderna y la literatura
Creemos que un libro publicado hace quinientos y pico años es incapaz de enseñarnos nada útil. La razón de esta creencia está en que confundimos la modernidad con la actualidad o con la moda. Además, la literatura es vista como un trasto viejo e inútil para las sociedades que ni tan siquiera sirve ya como entretenimiento.
Se nos educa en la falacia de que la literatura es un objeto de entretenimiento. Pero esto solo es así para aquellas clases que se pueden permitir su lentitud, a saber, las clases adineradas de la modernidad (s.XIX-XXI). Para ellas la literatura es un objeto decorativo y una forma de rellenar su tiempo libre entre otras. Las clases populares, por el contrario, hoy se entretienen con una tecnología audiovisual que las condena al analfabetismo. Así, desprecian la literatura porque carecen de los medios para interpretarla. Si la supieran interpretar vivirían mejor porque comprenderían los orígenes de su situación socioeconómica y podrían cambiarla. La literatura es lo que las clases bajas deberían conocer para acceder a su libertad y debería ser enseñada como una obligación y no un lujo opcional. A pesar de todo esto, solo es objeto del desprecio de las clases bajas, las cuales aspiran a ser reconocidas como clases altas, vistiéndose como ellas y hablando en su lenguaje ocioso.
La literatura, con todo, es un objeto cultural cuyos símbolos, temas y personajes nos ayudan a comprender nuestras sociedades y la evolución de nuestra especie. No obstante, el clasemediano occidental cree que ver unboxings (unboxing “el heno de la pradera”), reviews, vídeos de gatitos tocando el piano, series de televisión o mandar vídeos del negro del whatsapp es más útil para su supervivencia que la lectura de las obras de la literatura occidental. Vive atrapado en una red de ocio y ostentación que solo sirve para enriquecer a las empresas tecnológicas y las marcas textiles y deportivas.
La evolución de la especie humana se conoce como el proceso la hominización. Hominización es el proceso que nos hace pasar de primates a humanos, esto es, el paso que el hombre da del reino animal al reino cultural. Las diferentes capacidades no animales que el hombre adquiere, superando a los animales dan lugar a las diferentes clases de hombres superiores.
El primero es el homo habilis, que quiere decir, hombre hábil, es decir, hombre capaz de fabricar herramientas e instrumentos. Las siguientes etapas del hombre hacen alusión a otras cualidades humanas de las que carecen los animales, como el ergaster (trabajador), erectus (erguido), antecessor (explorador, viajero), sapiens (el que sabe), etc…
En cambio, en los últimos años de la modernidad (s. XXI), se ha dado un retroceso en el proceso de evolución cultural de la especie humana, de modo que la cultura significa la negación de todo lo que nos había hecho soberanos de los reinos sobre la tierra. El hombre exhibe la ociosidad (ausencia de trabajo), la posición sedente o tumbada (frente a la erguida), la incapacidad (el hombre compra, no fabrica), el desinterés (el hombre moderno no viaja ni explora, solo navega por internet y va de vacaciones) y la nesciencia (no es necesario saber nada porque la opinión es suficiente).
El monetarismo como valor principal de las sociedades está detrás de todo esto. Y todo ello ha dado lugar a la etapa infantil de la modernidad en la que vivimos. La literatura nos enseña los inicios de la modernidad en la que esta tragedia se inicia. La Celestina nos enseña la tragedia del monetarismo.
2. La obra y su contexto
La Celestina es una obra dialogada en 21 actos que se publicó por primera vez en 1499 en la ciudad de Burgos. Este es su nombre más popular, sin embargo, su nombre completo es el de Tragicomedia de Calisto y Melibea. Se la atribuimos a Fernando de Rojas, pero sabemos que el primer acto lo escribió un autor anónimo, y Rojas fue quien encontró ese primer acto anónimo, y lo continuó añadiéndole los 20 actos restantes hasta conformar la obra completa.
La publicación de La Celestina coincide con el final de la “Edad Media” (s. XV) y el comienzo de la “Edad de la Burguesía” (s. XVI-XVIII) o premodernidad (Early-Modern). Esta etapa es un tiempo de crisis en el que se profundiza aún más en la desigualdad de las sociedades. El cambio fundamental que se da en la sociedad es la victoria del dinero como único sistema de valor para la sociedad, y la emigración masiva de las gentes del campo hacia las ciudades.
Ante la incapacidad de crear riqueza en el campo, la acumulación de dinero en entornos urbanos es el fin último de las sociedades y de los individuos. A las nuevas sociedades que tienen este único valor se las llama “sociedades urbanas y monetaristas”. Así, los valores divinos se ven reemplazados por valores humanos. El dinero es una invención humana y desplazará a Dios como medida y razón de todas las cosas. La burguesía, verdadera clase productiva desde el final de la Edad Media, ascenderá socialmente y a finales de la etapa se hará con el poder del mundo civilizado, con el hito de la revolución francesa (1787-1789).
Esta nueva situación de profundización en la desigualdad social y cultural, además de la masificación de clases ociosas en las ciudades es criticada por algunos escritores como Fernando de Rojas. La Celestina es una crítica, entre otras cosas, del monetarismo como forma de felicidad y del dinero como máximo valor para la sociedad.
3. Género literario
La Celestina no pertenece a ninguno de los 3 géneros literarios básicos. Es una mezcla de narrativa y de drama, porque narra una historia, pero exclusivamente mediante diálogos. Algunos dicen que es una novela dialogada. Otros que es un diálogo narrativo. Pero nadie se ha puesto de acuerdo sobre esto.
El hecho de que La Celestina sea una mezcla de géneros se debe a que la “Edad de la burguesía” es conocida en literatura como la “Edad de lo nuevo”. Antes de esta etapa histórica, solo los temas y géneros tradicionales tenían un valor estético. A partir del siglo XVI la novedad y el presente pueden dar formas y temas para la literatura. Las tramas que pueden relatar los libros ya pueden ser del tiempo presente, sin la obligación de estar ambientadas en el pasado. Las formas literarias, como los tipos de poemas y los géneros literarios también pueden renovarse y se inventan nuevos tipos de poema como el soneto o como la novela. La novela dialogada es un género nuevo que se inventa en la Edad de lo Nuevo.
La Celestina es una obra literaria de la risa. Ataca a la desigualdad desde la risa. Todos los géneros menores de la risa tienen cabida en ella (sátira, parodia, grotesco, burla, broma, sueño, etc…). El género literario del humorismo al que pertenece La Celestina es la sátira menipea, y este pertenece a lo que en literatura se llama “la gran risa”. La sátira menipea es la acumulación en una sola obra de los géneros de la risa menor, y que se da en obras que aparecen en momentos de gran crisis social y cultural como este.
Tras la imposición de la desigualdad en el siglo VI a.C., el arte y la literatura tendieron a justificar esta desigualdad y a las castas dirigentes de las nuevas sociedades con sus nuevos valores. Con este fin impusieron dos modelos básicos para contar historias, el patetismo y el didactismo. Estas formas literarias son las formas de la “seriedad literaria”:
- Por un lado, el patetismo justifica la existencia de elites políticas (nobles militares), fabricando héroes literarios con aventuras cuyos valores (valentía, belleza, etc…) sean dignos de ser imitados o admirados por los demás.
- Por el otro, el didactismo justifica la existencia de elites intelectuales (consejeros políticos, sabios, profesores), fabricando sabios literarios con una conciencia y un pensamiento digno de ser imitado o admirado por los demás.
Sin embargo, hay una serie de hombres críticos con este nuevo mundo injusto y desigual. Estos escritores son conscientes de los grandes problemas de su tiempo, y escriben otro tipo de literatura que es crítica con todos ellos. Esta literatura es la del mundo de la risa. Así, crean dos modos de hacer frente a la seriedad desde la risa.
- La parodia se opone al patetismo, y en lugar de un héroe crea un antihéroe con aventuras humorísticas. Este antihéroe es un héroe del revés, un héroe irónico que muestra la estupidez de los valores de la seriedad. Este héroe es u héroe débil porque no tiene una alternativa que ofrecer frente al héroe tradicional del mundo desigual.
- La sátira crea un idiota, a un loco, a un falso ideólogo, a un soñador o a un niño junto a su pensamiento absurdo, en lugar del sabio. Como el anterior, trata de mostrar la injusticia del mundo desigual a través de la ironía del pensamiento de este personaje.
La forma más potente de luchar contra la seriedad consiste en sumar a estos dos géneros de la risa en uno solo. La suma de ambos crea un nuevo género más potente llamado “sátira menipea”, y no pertenece ya a la risa sino a la “gran risa” por su gran poder contra la desigualdad.
Consiste en la crítica de los valores de la desigualdad mediante la creación de un personaje que es un antihéroe y además un idiota con un pensamiento imbécil. Este antihéroe idiota es Calisto. Este personaje no es un modelo a imitar sino todo lo contrario. Sus valores no lo llevan al éxito sino al fracaso. Se puede entender como un héroe al revés. Todo esto se hace con el fin de criticar el monetarismo y la desigualdad.
4. Argumento
4.1. Esquema de acontecimientos de La Celestina
4.2. Resumen del argumento
Calisto es un joven de clase ociosa y adinerada, enamorado de Melibea. Ella es una joven de buena posición económica, pero cuyos padres, un judío mercante (Pleberio) y esposa (Alisa), pertenecen a una clase productiva. Ella no le corresponde en sus amores, pero el joven, por recomendación de un criado suyo (Sempronio), que es una especie de pícaro, contrata los servicios de una bruja alcahueta (Celestina) y le paga con dinero y joyas con el fin de convencer a Melibea.
Sempronio y Celestina corrompen a otro criado de Calisto (Pármeno), para así establecer entre los tres una alianza económica con el fin de sacarle todo el dinero posible a su amo con este asunto amoroso. Cuando al fin Calisto consigue el amor de Melibea, gracias al trabajo de Celestina y también al de los cómplices criados, paga por sus servicios únicamente a la alcahueta. Esta puta vieja no comparte el botín con los criados, por lo que la asesinan por su tremenda avaricia. Sin embargo, los criados son inmediatamente ajusticiados tras conocerse públicamente su fechoría.
Como consecuencia de todo lo anterior, unas prostitutas amigas de los criados, sedientas de venganza, deciden darle un escarmiento a Calisto. Ellas lo consideran al joven enamorado responsable de todas estas muertes. Para ello contratan los servicios de un mercenario (Centurio), para que termine con la vida de Calisto. Tras un mes de relación amorosa, en un nuevo encuentro de los amantes en el jardín del hogar de los padres de Melibea, y habiendo jaleo en las calles, Calisto resbala tontamente al saltar la tapia y se rompe la sesera y muere. Poco después, y a consecuencia de lo anterior, Melibea se suicida arrojándose desde lo más alto de su casa, en presencia de su padre.
5. Personajes de La Celestina
5.1. Esquema de relaciones entre los personajes
5.2. Caracterización de los personajes
- Calisto es un joven perteneciente a una clase social alta y adinerada. Se trata de una clase ociosa: no lo vemos trabajar en momento alguno. Tan solo tiene como objetivos el amor, el entretenimiento, el disfrute y el sexo. A pesar de esto es idiota social que cree en el valor máximo de la nueva sociedad, el dinero, para conseguir todo lo que se propone. Su amor no es espiritual, sino corporal, como el de las clases bajas. Tan solo persigue el contacto sexual con su pretendida Melibea. En el primer contacto sexual con su amada Melibea le quita la ropa desplumándola como a una gallina. Termina rompiéndose la cabeza en pelota tras mantener un contacto sexual con Melibea, y sus criados recogen sus sesos, que se han esparcido por el suelo.
- Melibea pertenece a una familia de la burguesía. Sus padres han conseguido una posición social y económica a través del trabajo duro con el comercio naval. La joven no reconoce la autoridad de sus padres, quienes planeaban casarla con otro hombre distinto a Calisto. Como consecuencia de su libertad de elección amorosa, fruto de la cual se enamora de Calisto, termina suicidándose al final de la obra, al no soportar la muerte inútil de su más inútil amado.
- Celestina es una vieja alcahueta urbana que sobrevive gracias a la superstición de una sociedad iletrada (hace conjuros, remienda virgos), y a la prostitución de chicas que orbitan alrededor de su casa. Además, trabaja en el oficio de la tercería, como consecuencia de la libertad de elección de los amantes para elegir pareja. Es una buscavidas en la ciudad que ha modernizado el trabajo de bruja medieval, adaptándolo a las necesidades sexuales de las ciudades, y tan solo tiene un interés económico en esta historia de los amantes protagonistas de la historia, Calisto y Melibea. Terminará asesinada por los criados de Calisto, en razón de su avaricia.
- Pármeno y Sempronio, los criados de Calisto, también se mueven únicamente por sus intereses monetarios en lugar de ser fieles a su amo. El dinero que les proporciona Calisto no es visto por ellos como suficiente. De la misma manera que ocurre con Celestina, su afán monetarista terminará con su ajusticiamiento público por el asesinato de la “puta vieja” Celestina.
- Los padres de Melibea son unos burgueses adinerados, quienes confían en una hija que los traiciona enamorándose de quien no debe y quitándose finalmente la vida. Ni el dinero ni los viejos valores inculcados a su hija los salvan de la vergüenza social, pues todo el pueblo se entera de la historia de los amantes y de su absurdo final.
6. Crítica de los valores de la sociedad
La voluntad de Fernando de Rojas con La Celestina es crear una obra literaria que mediante la risa ataque los valores de las sociedades desiguales, urbanas y modernas. Ni los viejos valores de la Edad Media, como son la obediencia a los padres, la obediencia religiosa, ni los nuevos valores burgueses como el monetarismo o el individualismo, son capaces de llevarnos a la felicidad. Todos se revelan como inútiles. Ni valores divinos ni valores humanos pueden salvar al hombre frente al monetarismo. Los jóvenes, siguiendo los nuevos valores humanos y burgueses, tienen un final absurdo y trágico. Los padres, que siguen los valores medievales también lo tienen, pues aunque no mueren, sufren la vergüenza social y la mala fama por lo que han hecho sus hijos.