1. Los héroes literarios
(desde s.viii a.c. hasta hoy)
Con el objetivo de justificar la existencia de clases dirigentes y convencer a las clases dirigidas de su necesidad, se utiliza la literatura.
Así, en los últimos siglos de la prehistoria y al principio de la historia se crean poemas épicos que narran las aventuras de héroes nacionales que tienen cualidades ejemplares (inteligencia, bondad, fuerza, sabiduría), y que son dignos de ser imitados por todo el mundo.
En un primer momento estos poemas se transmitirán oralmente, pues las clases dirigidas no saben leer, pero más tarde se terminarán escribiendo.
Ejemplo de literatura heroica
El cantar de mío Cid. La adaptación que se lee en 1º de la ESO llamada La leyenda del Cid está basada en un poema épico que narra las aventuras de Rodrigo Díaz de Vivar.
Este héroe político y religioso (cristiano), perteneciente a las clases dirigentes (nobles, clero y realeza) es ejemplar para las clases dirigidas, e intenta convencerlas de:
- Seguir el cristianismo. Rodrigo es un buen cristiano.
- Crear un nuevo estado político desigual (España). Para ello conquista tierras para su señor.
2. Antihéroes literarios
(desde s. XIV hasta hoy)
Con el objetivo de criticar la desigualdad o de entretener a todo el mundo, se crean, a partir del siglo XIV novelas que narran las aventuras y desventuras de antihéroes.
El antihéroe es más real que el héroe, y suele ser humorístico. No es ejemplar ni es digno de ser imitado.
Estas novelas siempre se han escrito, y toda novela se escribe en prosa.
Ejemplo de literatura antiheroica
Don Quijote de la Mancha. Se trata de un antihéroe humorístico que, acompañado de un escudero idiota (Sancho Panza), se crea la fantasía de ser necesario para los débiles, de modo que se echa al monte a defenderlos de los peligros como sucedía en siglos pasados.
El objetivo de esta obra es criticar el mundo de la desigualdad y de la necesidad moderna de conseguir una identidad mediante la cual conseguir éxito y ser reconocido por los demás.